
Un lugar imperdible al momento de visitar San Pedro de Atacama, es el Salar de Atacama, lugar que deslumbra con su belleza.
El Salar de Atacama, enorme lago inserto en pleno desierto junto a sus tres especies de flamencos únicos de la zona y el pequeño y singular poblado de Toconao con su artesanía típica.
Al sur de San Pedro se accede al centro del impresionante Salar de Atacama. Durante el recorrido es posible fotografiar y apreciar la vista a los volcanes Licancabur y Lascar entre otros atractivos de singular belleza, siguiendo por la misma ruta se llega al poblado de Toconao y se continua hasta el salar, se finaliza en la laguna de Chaxa la cuál es habitada por tres tipos de flamencos y un gran número de aves migratorias.
El Salar de Atacama, que ocupa una extensión de 100 kilómetros de largo por 80 de ancho. El salar es producto del afloramiento de aguas subterráneas que, saturadas de sales, se evaporan dejando costras ricas en sal y minerales. Los ríos alimentados por las nieves andinas, cursan el área permitiendo la configuración de múltiples oasis. Este es el escenario donde se desarrolló la cultura atacameña.
El aire aquí es extraordinariamente seco, lo que le da una transparencia perfecta. Tanto, que a simple vista es fácil ver el otro extremo del salar, a unos 70 kilómetros. Esta misma claridad, sin embargo, hace difícil juzgar las distancias.
Bajo el salar hay un lago, oculto por una gruesa y rugosa costra de sal "tiznada" con el polvo del desierto, que contiene una de las mayores reservas de litio del mundo, un mineral usado en algunas industrias de alta tecnología y que se explota en el sector sur del salar.
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